En fin, Retomo lo del principio: que de tanto libro encontrado me he visto en la obligación moral de imponerme más de una lectura a la vez (dicen que no es lo más saludable, aunque yo lo he hecho en más de una oportunidad con un éxito aceptable en los casos de Delirio, de Laura Restrepo y Del amor y otros demonios, de Gabo; y así también con La metamorfosis y Guía Triste de Paris, y Diablo Guardián y El Retrato de Dorian Gray, por lo cual he llegado a la ofensiva suposición de que aquellos que consideren poco saludable sostener más de una lectura a la vez carecen de un grado intelectual y asimilativo descente y evolucionado U_U-y no hablo de "me gusta leer o no me gusta leer" sino de "puedo leer y entender o no puedo leer y entender" que hay que aclarar son cosas distintas aunque una lleve a la otra).
Esa necesidad me ha llevado a ordenarme del siguiente modo: estoy leyendo Un Milagro en Equilibrio, de la española Lucía Etxebarría, durante mis numerosos paseos en combi, porque es una novela àgil y sencilla, de una prosa destinada a vender, por lo cual el bullicio ocasionado por el señor cobrador (aquello de To univershitarialamarinaperchinjaierprado) no interfíere en lo más mínimo con una inversión de concentración sinceramente austera. Por las mañanas, cuando las vacaciones me dejan resquicios de tiempo libre (es decir, cuando no estoy lavando ropita o barriendo pisitos y pasando la escoba por las esquinitas de mi techo), pues me pongo a leer Rojo y negro, de Sthendal, y es que considero sus descripciones atiborradas de detalles, fieles al concepto realista de la novela decimonónica, merecedoras de un nivel de concentración más exigente. Por las noches, antes de dormir (si es que me dan las energías luego de haber retomado mis clases de Inglés y no hay un dvd interesante a la mano) empleo el tiempo leyendo a Hemingway.
Ni idea de cuánto tiempo gozaré de esta libertad de poder leer lo que me dé la gana, porque ya nos han advertido el ciclo pasado que a partir del segundo año la carrera de Literatura se vuelve una barrera purgadora solo para los más valientes. Tengo entendido que llevaremos cuatro cursos de Teoría Literaria, los cuales nos enseñarán, más que a contemplar lo "bonito" o "no bonito" de una novela, a descifrar los clavos y las costuras tras aquel bloque discursivo, de modo que dedicaré estas vacaciones a leer solo lo que me gusta; sabiendo, como sé, que esta vez puede ser la última...
Krlos!!
1 comentario:
Desempolvaste toda tu caja y bajo cada adorno, un libro olvidado... Sí!!!! q pena! A mi tb me ha pasado que he empezado a leer un libro, se pone pesado y lo dejo de leer. Luego, lo encuentro todo empolvado en un ricón de mi habitación al que nunca miraba. xD
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